Y con esto me refiero a que no por estar juntos las cosas estarán bien, a los niños no les sirve de nada que todos vivan en la misma casa si solo ven peleas.

Las separaciones siempre son difíciles, tanto para la pareja y la familia, como para los niños. Las razones por las que sucede un divorcio son muchas, pero jamás es culpa de los niños, y lamentablemente ellos son los últimos seres tomados en cuenta.

Aunque sean pequeños, ellos se dan cuenta cuando las cosas no están bien en casa, pueden darse cuenta de la ausencia de su papá y ellos mismos resienten las emociones de mamá al respecto con más berrinches o un mayor apego.

Si fuimos lo suficientemente maduros, como pareja, de tomar decisiones juntos para formar una familia, una separación no es para menos. Requiere las mismas convicciones, pláticas y acuerdos, incluso más, porque ahora hay alguien de por medio.

Un niño sabrá enfrentar la situación, tardará un poco y le tomará tiempo asimilar que las cosas han cambiado, pero si siempre ve a sus papas bien, que pueda convivir con ambos en una ambiente sano, sin peleas, las cosas estarán bien.

La mejor forma es hablar juntos con ellos y comunicarles la situación, evitar que los niños vean a quien se va de casa llevarse sus cosas, pues podría provocarle angustia por el que se va; y despedirse con un abrazo diciéndole a los niños cuándo se verán de nuevo, para no generar el sentimiento de abandono.

Cuando un niño vive las peleas en casa, está propenso a un daño emocional y psicológico grave, incluso en niños que tienen 1 o 2 años, pues las peleas se quedan en el inconsciente de los pequeños y años después podría verse en su comportamiento.

Los niños que han visto peleas con sus papás y han estado expuestos a ellas por mucho tiempo se vuelven más agresivos, introvertidos, depresivos, responden con gritos o se alteran fácilmente ante situaciones de estrés y aprenden que la forma de resolver los problemas siempre será así, peleando.

Es mejor que los niños vean a sus papás bien, porque esto les da seguridad de que no importa si están separados las cosas van a estar bien para ellos.

Mientras que si permanecen juntos pero mal, estos solo les genera incertidumbre, inseguridad y angustia.

Información verificada por Karen Zaltzman, Coach de crianza. 

Fuente: Naranxadul