Nuestra casa es el lugar donde nos sentimos seguros y una forma de relajación personal. Mantenerlo así es importante para sentirlo como nuestro resguardo.

A veces, sin darnos cuenta, somos los responsables directos de la energía que hay en nuestra casa. El devenir de la semana y nuestra vibración pega directamente en la energía del lugar, transformándolo en uno pesado. No siempre todo viene del exterior sino que muchas veces somos los causantes de ese efecto tóxico.

Hay muchos actos cotidianos que van intoxicando poco a poco el entorno, hacernos conscientes hace que evitemos realizarlos de forma seguida o por lo menos ponerles un freno al reconocerlos. Exponer la mala energía hace que nos demos cuenta y podamos actuar al respecto de forma contraria, a veces lleva tiempo, pero siempre se puede poner un fin.

Costumbres que intoxican nuestro entorno en casa

Gritos

Ninguna casa se salva de esta costumbre. Cuando el entendimiento no llega, cada persona intenta hablar mas alto para hacerse escuchar cuando en realidad al pasar esto el efecto es contrario: Nadie se escucha.

El grito en signo de violencia hacia el otro, y la respuesta obvia siempre es violencia. Uno responde como lo tratan y aunque a veces quiera ser paciente hay cosas que nos sacan de sí.

Recuerda cada vez que sientas que levantas la voz, que deben frenar la situación y estar en silencio. Respirar para lograr bajar la efervescencia y ver con claridad. La respiración es una buena herramienta para tranquilizarse.

Desorden caótico

El caos en el hogar muestra un desequilibrio en nuestra mente. Si tenemos los pensamientos alocados y desordenados, se refleja muchísimo en el lugar que habitamos. Si quieres ordenar tu interior no es mala forma comenzar desde lo exterior cuando uno anda perdido.

La acumulación y esquinas de amontonamiento no dejan fluir la energía libremente y la estancan, provocando la acumulación de negatividad.

Desvalorizar

Cuando vemos que nos ponemos el chip de ver todo el tiempo lo malo de otra persona y recalcárselo, debemos alertarnos, ya que nos muestra que algo no anda bien en nosotros. Valorar al prójimo por lo que es hace que se saque lo mejor de sí. El saber que cada persona pone su mejor esfuerzo y reconocerlo conlleva a que el hogar se armonice.

Drama

A lo largo de la vida es normal pasar por momentos de tristeza y algunas veces sentirnos un poco depresivos. Si esto ocurriera, el evitar la emoción solo postergaría la sanación, así que vívela y suéltala.

El problema no es que un hecho nos entristezca, sino hacerlo perdurar por demasiado tiempo en nuestro día a día. Recuerda que esas emociones son más pesadas si perduran. Es como si tomaran un cuerpo material y se quedarán en los lugares que habitamos, son humores que se trasforman en entes.

¡Recuerda siempre que todo pasa!

Peleas

Estar en constante defensiva trae consigo la hostilidad del entorno. Tomar a cada persona que entra como nuestro enemigo crea una vibración muy pesada en tu hogar y solo nos perjudica. La hostilidad va de la mano de la inseguridad, el cultivar nuestra autoestima sanará esta parte. Cuando ya tu hogar es una batalla campal, es mejor bajar la retaguardia y tratar de resolver las cosas sin culpables, haciéndose todos responsables de lo que pasa.

¿Qué opinas de estas costumbres? ¿Sientes que en tu hogar ocurren?

Fuente: Positivomundo